Prejuicios de los proveedores médicos y las examinaciones y tratamientos de cáncer de colon

Por casi ocho meses, Jenna Scott tuvo un embarazo ideal. Luego empezó a tener sangrado, mareo y dolor abdominal.

Scott, de 29 años, tuvo miedo que algo estuviese mal con su bebé, pero su ginecólogo obstetra le dijo que todo estaba bien después de una consulta médica. Era posible que su bebé esté sentado sobre sus órganos o tal vez ella estaba experimentando hemorroides inducidos por el embarazo, lo cual es común. Los problemas abdominales se explicaron como dolores y malestares típicos del embarazo.

Al no haber estado embarazada antes, Scott no sabía qué era normal y qué no. Pero incluso después del nacimiento de su hijo, Cameron, el sangrado rectal continuó y Scott estaba agotada. Le dijeron que la fatiga intensa es normal para una nueva madre y que era posible que todavía tuviera hemorroides.

Cuando nada cambió después de un año del parto, Scott comprendió que necesitaba tener una consulta con un médico de cabecera. Allí, le refirieron a un especialista GI quien pidió que se haga una colonoscopía para descartar problemas más significativos. En vez de eso, la prueba confirmó algo que nadie esperaba a sus 31 años, Scott tenía cáncer colorrectal. Luego se enteró de que era de etapa 4.

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Scott sabe que por su joven edad, estilo de vida saludable y falta de antecedentes familiares de cáncer de colon era menos posible que proveedores médicos ofrezcan examinaciones, incluso si el sangrado rectal y dolores abdominales eran síntomas típicos de cáncer de colon. No está completamente segura si prejuicios raciales jugaron un papel importante, pero era una mujer negra con un equipo de médicos blancos. Scott dijo que los proveedores médicos de la clínica de su ginecólogo obstetra pidieron muchas disculpas cuando les informó sobre su diagnóstico.

Las personas de raza negra tienen menos posibilidades de que sus médicos los refieran a examinaciones de cáncer de colon y de que los examinen, lo cual crea dudas de si prejuicios de proveedores médicos son factores que contribuyen con los peores resultados de muchas personas de color. Los nativos estadounidenses y de Alaska tienen las tasas más altas de cáncer colorrectal, seguidos por hombres y mujeres de raza negra. Los pacientes de raza negra tienen las mayores tasas de mortalidad de ese trastorno.

Renee Williams, MD, MHPE, una gastroenteróloga de NYU Langone Health, ha estudiado posibles razones de por qué pacientes de raza negra tienen menos probabilidades de que los refieran a examinaciones de cáncer de colon, a servicios relacionados con el cáncer y a servicios quirúrgicos. Dijo que podrían haber prejuicios si un proveedor médico piensa que un paciente no desea examinaciones o no las puede pagar, especialmente si no tiene seguro médico, pero ve que factores determinantes sociales de la salud y otros factores externos juegan papeles más importantes en las desigualdades de las examinaciones.

Las examinaciones son extremadamente importantes porque pólipos pueden removerse antes de que se conviertan en cáncer y las tasas de supervivencia son altas si el cáncer colorrectal se trata en forma temprana. Examinaciones rutinarias han hecho que el índice de mortalidad del cáncer de colon disminuya desde hace varias décadas.

“Definitivamente hay prejuicios de los proveedores médicos y existen para todos los doctores independientemente de sus antecedentes, pero creo que es más que eso”, dijo Williams. “Frecuentemente, los proveedores médicos simplemente no tienen mucho tiempo disponible. Si tienes 20 minutos para tener consultas con sus pacientes y tienen diabetes, presión arterial alta o trastornos cardiacos, pasarán mucho tiempo lidiando con eso. Hablar sobre examinaciones de rutina podría volverse menos importante”.

Pantanos alimentarios, desiertos alimentarios y falta de acceso

La obesidad es un factor de riesgo del cáncer colorrectal y un estudio de más de 3,000 comunidades determinó que personas que viven en un desierto alimentario, donde hay poco o nada de acceso a alimentos nutritivos o frescos asequibles, o en un pantano alimentario, un área con una tasa alta de tiendas de conveniencia y restaurantes de comida rápida en comparación con supermercados, tienen un mayor riesgo de cánceres relacionados con la obesidad. Zonas con desiertos alimentarios o con pantanos alimentarios también tienen mayores tasas de pobreza, más personas con obesidad y un mayor porcentaje de residentes no hispanos de raza negra.

Los residentes de esas zonas también podrían tener menos posibilidades de tener empleos regulares y podrían tener menores niveles de educación y conocimiento de la salud, lo cual les dificulta defender sus propios derechos en lo que se refiere a examinaciones y tratamientos relacionados con el cáncer ante proveedores médicos.

La eliminación de datos raciales y étnicos de los algoritmos clínicos y de la tecnología médica que contribuían con desigualdades de la salud ha mejorado los prejuicios raciales en algunas áreas. Pero algunos investigadores han cuestionado si eso también podría causar peores resultados de cánceres colorrectales para pacientes de raza negra en el futuro porque podría no haber alertas para recomendaciones de examinaciones.

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Williams mencionó dos iniciativas significativas que han demostrado ser efectivas para reducir las desigualdades raciales en lo que se refiere a las examinaciones y a los índices de mortalidad de cáncer de colon. En 2002, el estado de Delaware implementó un programa a nivel estatal que incluyó la cobertura de examinaciones y tratamientos, lo cual fue útil para que un porcentaje de personas de raza negra reciban diagnósticos de cánceres colorrectales, eliminando de esta forma las diferencias raciales de las tasas de mortalidad. La Citywide Colorectal Cancer Control Coalition [Coalición de la ciudad de control de cáncer colorrectal] (C5) de la ciudad de Nueva York también reportó aumentos parecidos de las tasas de examinación para pacientes de raza negra.

Iniciativas que se basan en las comunidades, tales como ofrecer información en iglesias, en ferias médicas y en otras áreas en lugares donde hay confianza también pueden ser útiles para incrementar las tasas de examinación. Algunas redes médicas envían mensajes de texto a pacientes cuando cumplen 45 años sugiriendo que se sometan a examinaciones de cáncer de colon con enlaces a opciones de programación de citas médicas.

A nivel personal, Williams sugiere que los mismos pacientes mencionen el tema a un proveedor médico.

“Si tienes un riesgo promedio y tienes 45 años, puedes iniciar la conversación diciendo ‘me interesa que me hagan una examinación de cáncer de colon. ¿Qué opciones tengo?’” dijo Williams.

El proceso de Scott

En 2021, las pautas de examinación del cáncer de colon se redujeron a la edad de 45 años porque el aumento de cáncer de colon en personas más jóvenes como Scott es una preocupación cada vez mayor.

La vida de Scott ha sido marcada por rondas de cirugías, quimioterapia y viajes a la sala de emergencia para una gran parte de los últimos siete años. Frecuentemente estaba en el hospital sola porque su esposo tenía que cuidar a Cameron o porque los protocolos de aislamiento restringieron las visitas durante la pandemia del Covid. El cáncer se propagó al hígado y a los pulmones de Scott y desarrolló melanoma en su pie, lo cual requirió la remoción quirúrgica de parte de su talón.

Hubo algunos momentos de alivio; durante un período de año y medio desde 2021 a 2022, Scott no tuvo cáncer y pensó que su vida regresaba a la normalidad. En diciembre de 2022, sin embargo, se encontró cáncer en los ganglios linfáticos de su pecho y en el área entre sus pulmones. Sus proveedores médicos le dijeron que debía someterse a tres días seguidos de quimioterapia con períodos intermedios de tres semanas de descanso durante el resto de su vida.

Aunque Scott dijo que no se le hubiese ocurrido pedir a sus proveedores una examinación de cáncer de colon, dijo que si pudiese hacer las cosas en forma diferente, hubiese presionado más para obtener respuestas. Invita a otras personas a que hagan lo mismo.

“Dile a tu médico que no te irás hasta que evalúe con mayor profundidad tu problema porque conoces a tu cuerpo y sabes que algo anda mal”, dijo Scott. “Y, asegúrate de tener consultas con un médico de cabecera incluso si estás embarazada. Debes hacer lo mejor posible para defender tus derechos y siempre busca una segunda opinión. Solo desearía haberlo sabido antes”.

Recursos

Colorectal Cancer Alliance [Alianza contra el cáncer colorrectal]

Este recurso educativo se preparó con el apoyo de Merck.

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